Rituales y ritmos. Una genealogía del significado musical en el Pacífico negro colombiano
de Michel Birenbaum Quintero
Eduardo Luis Espinosa
i_a_e_l@hotmail.com
Universidad Autónoma
Metropolitana
México
Recibido: 06/11/2019
Aprobado: 07/02/2020
Estamos ante un libro virtuoso, que representa un aporte a los estudios afrolatinoamericanos. Explora esa combinación de luchas de derechos que se rehace de continuo en la construcción de la identidad negra, de la negritud, y de la musicalidad (ambas emparejadas- en el contexto del Pacífico Sur de Colombia, donde florece la música del currulao). Este libro del Profesor Michel Birenbaum Quintero (2019: 1)
examina este tipo de retroalimentación, interferencia y superposición entre las experiencias de diverso tipo con la música del currulao local –experiencias rituales, folklóricas, de música popular, creadoras de identidad y de recursos políticos- entre los habitantes negros de la costa del Pacífico sur de Colombia.
[examines this kind of feedback, interference, and overlap between the various experiences of local currulao music -as ritual, folklore, popular music, identity-make, and political resource- among the black inhabitants of Colombia’s southern Pacific coast.]
El Pacífico Sur de Colombia o simplemente el Pacífico colombiano (como aquí a veces le llamamos para simplificar), es región que ha vivido acciones despojo de tierras, depredación del medio ambiente, pauperización social y violencia, fenómenos que han afectado notablemente a la población afrodescendiente que allí habita, la cual ha sido tratada como gente invisible dentro de la formación social colombiana. La cultura, y con ella el reconocimiento y construcción de la identidad afrodescendiente al mismo tiempo que la musicalidad ha impulsado han sido instrumentos para abogar por una mejora frente a tantos problemas. Sobre todo han promovido a que desde la nación colombiana se le dé una significación a esa región; que se incluya a los afrocolombianos de esa parte del país en el marco del multiculturalismo nacional. Desde aquí se ha logrado impulsar prácticas de la negritud para la afirmación económica, social y cultural con la correspondiente garantía de derechos. En especial, a partir de la aprobación de la Ley 70, que garantiza la propiedad colectiva sobre la tierra para las comunidades negras, a ellas ya se les percibe a escala nacional como un grupo étnico a la vez que como un significativo segmento político.
La indagación del profesor Birenbaum Quintero nos muestra que la cultura no es una esencia o algo primordial. Múltiples experiencias que pueden definir un fenómeno cultural, de tal modo que su acercamiento a la música del currulao y en general a todo el mundo sonoro afrocolombiano ha requerido una flexibilidad metodológica. Su trabajo en etnomusicología ha combinado la aproximación histórica con la aproximación etnográfica. El entendimiento del estudio del fenómeno musical desde su producción hasta sus densas interpretaciones por parte de los sujetos que participan de la recepción y de la vida social de ese mundo de sonidos y poéticas. De igual modo esa indagación incorpora el conocimiento detallado de la geografía y el medio ambiente de la región investigada. El trabajo de campo es un extenso repertorio de interacciones con sujetos y ambientes de las esferas del sonido, el etnólogo está inmerso, involucrado, aprendiendo de los demás. Pero en su escritura antropológica va y viene desde esa inmersión hasta el delicado trabajo con las fuentes y la documentación del pasado, para, en una aproximación etnohistórica ir a la búsqueda de génesis de la negritud tan movible como la musicalidad. Esa combinación tan sutil y profunda de los enfoques también lleva a decir que estamos ante una obra virtuosa.
Estructura del libro
El libro inicia con una Introducción y consta de cinco capítulos. Los tres primeros contienen sus respectivas conclusiones. Al final aparecen unas conclusiones generales. Pero volviendo a las primeras páginas, nos encontramos en las seis hojas de los agradecimientos con un autor envuelto en profundos lazos de camaradería con la gente que lo recibió en Colombia y en los territorios del Pacífico. Él tiene una alta valoración de los músicos con los que realizó su trabajo de campo: Quiero destacar a algunos de los músicos que fueron mis maestros principales y que continúan con mi crecimiento como músico y académico [I want to single out some of the musicians who were my primary teachers and who continue to my growth as a musician and an academic alike] (p. xii). Al mismo tiempo a él se le ve componiendo su libro en el tejido de sus colegas, músicos y académicos –muchos de ellos conocedores de la música negra.
Después de los agradecimientos aparece el URL que la editorial ofrece con materiales para el lector: El sitio incluye fotos, audio, video y recursos complementarios organizados para corresponder con los capítulos del libro [The site includes photos, audio, video, and supplemental resources organized to correspond with the book’s chapters] (p. xv).
Al final del libro, después de un generoso índice analítico (Index) están las referencias de las obras de otros autores con las que el autor sostuvo diálogos de crecimiento del conocimiento sobre la sociedad y la cultura afrodescendiente en el Hemisferio Occidental y en Colombia en especial.
Desarrollo
El primer capítulo del libro es Las poéticas sonoras del Pacífico Negro del Sur [The Sounded Poetics of the Black Southern Pacific]. Está ordenado de manera sincrónica. En sus 34 páginas, nosotros quedamos inmersos en un mundo de sonidos, poéticas sonoras y repertorios de prácticas musicales características de las culturas africanas en América, particularmente de la región del Pacífico colombiano. Ellas son modalidades rítmicas que han evolucionado históricamente, para formar parte de las movilizaciones de los afrodescedientes en sus luchas por sus libertades y derechos desde la sociedad esclavista hasta el presente. Por eso los capítulos siguientes se ordenan en una línea cronológica.
El segundo capítulo, La música en las minas: cosmopolitas negros y práctica musical en el Pacífico sur en la época colonial [Music in mines: Black Cosmopolitans and Musical Practice in the Colonial Southern Pacific] explora la poca información que puede arrojar el registro histórico acerca de una época anterior a 1871 (fin de la esclavitud en Colombia). Nos pone ante el friso de los variados sujetos de las prácticas musicales en la región estudiada. Se trata de un período donde no se habían construido las ideologías raciales y musicales que enmarcan la comprensión moderna de la musicalidad negra que se estableció en las Américas. Ese momento histórico el autor lo valora como muy importante para vislumbrar el pasado y el futuro de las narrativas de autenticidad negra del actual movimiento afrocolombiano en la luchas por sus derechos en la región.
En el tercer capítulo, Modernidades y no modernidades en el la música negra del Pacífico [Modernities and Nonmodernities in Black Pacific Music], a propósito de la cuestión de los orígenes, el autor, desde que anuncia esa parte de su obra, propone que es mejor replantear la pregunta de cómo la música del Pacífico sur llegó a ser entendida como “negra” (p. 22). Cree que es mejor colocar la musicalidad en el proceso mismo de consolidación de las nociones de negritud en la región. Esa posición permite entender la música inscrita en una condición étnica que no es estática y esencial. Más bien, se empezó a forjar en las interacciones sociales y las relaciones institucionales entre el siglo XIX y el siglo XX. Esas interacciones y relaciones han sido dinámicas y movibles. Se cuentan en esa sociogénesis la iglesia católica y las clases medias negras. Se trata de un proceso definido en relación con la modernidad, proceso en el que se genera la música popular y la música tradicional. La modernidad ha modelado la negritud y la musicalidad de manera relativa y dinámica, del mismo modo en que los actores negocian y contestan respecto a sus afiliaciones micropolíticas -un punto de tensión para los individuos al verse envueltos en el diario suceder del movimiento regional afrocolombiano-.
En el cuarto capítulo, Raza, región, representatividad y el paradigma del folklore [Race, Region, Representativity, and the Folklore Paradigm], entramos a un fenómeno que empieza a suceder a mediados del siglo XX, la entrada de las prácticas musicales del Pacífico negro en los paradigmas del folklore. Ese proceso ha sucedido de entonces a acá con el concurso de tendencias muy paradójicas. Son aquellas que van desde la unidad cultural de la nación, y que hacen invisible el legado afrodescendiente y sus problemáticas sociales en las tierras que dan al Pacífico. Hasta esas otras tendencias en las que concurre la capacidad de innovación local que exalta al terruño como parte sobresaliente en el país y en ese paisaje ensalza a la negritud como un patrimonio popular. Ese sentido exaltado constituye una perspectiva desde donde se quiere adquirir el potencial cívico necesario para hacer de la región un espacio para el reconocimiento de los afrodecendientes y su protección del flagelo de la violencia.
El quinto capítulo, Entre la legibilidad y la alteridad: la música negra y la construcción de sí mismo en la era de la etnodiversidad [Between Legibility and Alterity: Black Music and Self-Making in the Age of Ethnodiversity] nos coloca en las tres últimas décadas. Tal como ha sucedido en otros lugares de afrolatinoamérica, la música tradicional con un fuerte anclaje regional se ha revalorado en los contextos del accenso de los afrodescendientes a una democracia participativa para hacer valer sus derechos. En las tierras allende al Pacífico sur de Colombia, la música tradicional se le ha convertido en un factor clave de la identidad (dígase de la diferencia cultural) que mueve la movilización social afrocolombiana en esa área donde hay reivindicaciones de visibilidad, tierra y paz ubicadas entre las conquistas y las aspiraciones.
Los sujetos artísticos de la negritud, los activistas y los intelectuales han tenido la habilidad de desplegar una simbología que persuade de una identidad negra en Colombia. Esa simbología se ha afirmado con la ejecución continuada y organizada de prácticas culturales negras, una interpretación de la negritud en la que ha estado inscrita la musicalidad. Símbolo y práctica han sido persuasivos de una diferencia cultural negra, fragmentada en el contexto posterior al multiculturalismo constitucional declarado en 1991. Se abre, desde entonces, un multiculturalismo de estilo neoliberal, en el que se ramifican proyectos y programa diferentes en torno a la economía, el bienestar social, la actividad comunitaria y la gestión de gobierno.
Conclusiones
Se concluye que raza, espacio y música se les debe tomar en dos ejes. Uno el de la estabilidad que propicia el proceso que siguen de manera unificada la negritud y la musicalidad en formas y prácticas que reducen la complejidad y que parecen tener una continuidad ilimitada. Sin embargo, ese equilibrio se rompe en condiciones políticas y sociales -como las que se propiciaron después de 1991- para dar paso a la transformación. Se trata de un segundo eje que en la historia conlleva a la diversidad y la improvisación, trayendo otras reificaciones.
Datos bibliográficos
Birenbaum Quintero, M. (2019). Rites, Rights & Rhythms. A Genealogy of Musical Meaning in Colombia’s Black Pacific. Nueva York: Oxford University Press.